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Un coronel, un abogado y un documento que describe una complicidad

En el día de ayer el Partido Revolucionario Moderno emitió una nota de prensa que al parecer se confeccionó de modo apresurado e irreflexivo, porque lo que describe es una historia de lo más interesante de cómo esa organización recibió informaciones acerca de la existencia de un plan para sabotear las elecciones del pasado domingo, lo que sucedió realmente, y a pesar de eso no hizo nada para advertir lo que le venía encima a la República Dominicana.

Según la nota del PRM el coronel de la Policía Nacional Ramón Antonio Guzmán Peralta, quien es algo así como jefe de la seguridad del candidato presidencial de ese partido Luis Abinader, le informó a los que ellos llaman ¨el comando de campaña¨ de que un técnico de una empresa de telecomunicaciones le había pedido un vehículo y uniformes para penetrar a la Junta Central Electoral y retirar unos equipos que supuestamente habían introducido allí a los fines de dañar el proceso electoral.

El texto se presta a confusión pero claramente se deja establecido que ese coronel de la policía le dijo a las dirección del PRM antes del domingo pasado, que había la intención de un grupo todavía no identificado, pero que él dice que está compuesto por ¨organismos de seguridad del estado¨, para provocar una situación que diera al traste con el proceso electoral, lo que evidentemente ocurrió.

Es decir, el PRM confiesa que tenía informaciones previas de que había una conspiración para afectar el proceso electoral del pasado domingo, quien lo informa no es un Juan de los Palotes ni una comadre de barrio y esa información dicen ellos que ¨el partido recibió esa información y actuó con la debida prudencia hasta no tener confirmación de la misma¨, es decir, se quedaron callados y eso es un delito si se comprueba que el coronel hoy detenido tiene algo que ver con el sabotaje evidente que tuvieron las elecciones.

Es lo mismo que decir que una persona sea testigo de un crimen, esta presente, tiene conocimiento, pero se queda callado y no dice nada a las autoridades, esa persona puede ser acusada de complicidad en el crimen cometido por otra persona.

Y la pregunta se cae de la mata: ¿por qué el ¨comando de campaña¨ del PRM, que hace una rueda de prensa y un escándalo por cualquier motivo, no dio esa información que dio un coronel de la policía a los magistrados de la JCE?.

Mas que eso, cuando se requiere la presencia del coronel, esta persona que se supone es un miembro de una institución armada que tiene el deber de presentarse ante cualquier llamado de la institución a que pertenece, no aparece y tiene que ser allanada su casa para que bajo presión de las autoridades se entregue para ser interrogado a la misma policía donde se supone trabajo y a quien disciplinariamente debería atender a cualquier requerimiento.

¿Por qué huye y se esconde este coronel ante el requerimiento de la policía nacional?

Según uno de sus abogados el coronel Guzmán Peralta está siendo investigado por una multiplicidad de hechos, todos generales, pero la policía confirma que el tema por el que esta persona había sido requerido es porque hay informaciones preliminares de vínculos entre esta coronel de la policía y el técnico de la empresa Claro que responde al nombre de Manuel Antonio Regalado Martinez.

Es decir, el abogado no sabe según él porque está siendo investigado, solo que ya la policía puso claro que la investigación se refiere a lo que podría ser la punta del hilo que conduzca a aclarar lo que pasó con los equipos de la JCE el pasado domingo, que sin duda ninguna respondió a un plan preconcebido para desacreditar el voto automatizado, dar la razón al candidato de la Fuerza Sin Pueblo en el griterío que tiene desde que perdió las primarias del PLD y usar eso como método para crear una crisis política de consecuencias impredecibles, todo un ejercicio de vagabundería inaceptable en una democracia.

Hay que guardar el documento del PRM pues podría ser la prueba documental entre los que implementaron el escándalo del siglo en la República Dominicana, donde nunca se habían cancelado unas elecciones desde 1966, y los que fueron cómplices de esa barbaridad ante la evidencia de que tenían y tienen las elecciones perdidas.

Por Humberto Salazar

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