NEW YORK.- Desde la muerte de Trujillo, todos los gobiernos de la República Dominicana, con la excepción breve del Profesor Bosch, y en particular, este gobierno, como ningún otro en la historia del país, ha desacreditado los pilares esenciales de la democracia representativa, sustituyéndolos, no por una democracia participativa, protagónica, del pueblo, sino más bien por la lógica del gansterismo, la partidocracia, las mafias, el robo y el saqueo de todo el recurso de todos los dominicanos. Ningún gobierno burgués en la República Dominicana, ha delatado tan claramente los trasfondos de la dominación gansteril, mafiosa capitalista, como este actual gobierno.
Hay que realmente hacer conciencia de lo que el actual gobierno rastrero, pícaro, ladrón y corrupto, ha convertido las elecciones en el país, en el equivalente a las peleas de perros, del circo romano, y a todas las consecuencias que esa payasada ha traído como consecuencia a la sociedad dominicana. Veamos:
Las elecciones dominicanas son el más elaborado y vulgar método de engaño de las masas, se da la ilusión de cambio cuando lo que hay es una simulación donde se “cambia para que todo siga igual”. Los candidatos son las mismas gentes; los mismos programas; pero con diferentes nombres. Los acuerdos, postulados, y campanas, son grandes negocios entre los mismos bandidos de la política, empresarios, gánsteres, y mafiosos. El sistema electoral dominicano, es un gran difusor de los valores éticos del capitalismo perverso a su máxima expresión, afianza el egoísmo, la mentira, y los valores individuales enfrentado a los valores sociales del colectivo. Se compran los votos, con dinero, comida, o dadivas, se vota aislado, y luego de la votación no hay vínculos, y responsabilidades sociales entre los elegidos y los electores. Las elecciones dominicanas, son famosas, y muy bien reconocidas, por las falsas promesas, las mentiras de la campaña electoral, y las promesas que nunca generan responsabilidades algunas.
Las falsas promesas de los candidatos, son el motor de estas elecciones, los gánsteres candidatos de los partidos, se esmeran en prometer, manipulando años tras años y las masas engañadas años tras años se ilusionan con las incumplidas promesas para decepcionarse luego y sustituir el desengaño por renovados espejismos, y sueños frustrados. Este motor de promesas sin cumplir se complementa con repartición de prebendas, dinero, comida chatarra, y otras dadivas.
El desespero y el carácter del gobierno actual profundamente dividido, lo ha conducido a violar las reglas de su propio juego, es decir, a destruir su propia “legitimidad”. Dejó de ser gobierno y se ha convertido en una “Mafia”, y dejó de ser democrático, para convertirse en una “Cleptocracia”. Ningún gobierno del país se había atrevido a tanto.
Estos usurpadores gobernantes han inventado de todo, y cuanta madre, como instrumentos para instaurar el clientelismo, el populismo, sin ningún maquillaje, abiertamente: desde carnet con derecho a las dádivas, y sin carnet no existes, no tienes derecho a nada, ni a las medicinas, ni a la vivienda, eres un “no humano”. Dinero, con el cual te obligan a votar por sus candidatos, sean del gobierno, o de los otros. En fin, te obligan a apoyarlo en todo. En realidad, el carnet, el dinero, y las cajitas de comida, es la venta del alma a cambio de la promesa de una recompensa material, que muchas veces no se cumple. Ahora bien, si el diablo es mala paga como suele suceder, los “Comprados” que dieron tantos triunfos al diablo gobierno lo dejan sólo, se van con otro satanás que promete dar más, dar mejor.
De esta manera en la República Dominicana, se ha creado un monstruo, “La Masa Clientelar” que funciona, se mueve, sólo con el combustible de lo material. El gobierno es amo, señor, y también rehén de esa masa, sólo está allí para satisfacer al tigre, el día que no hay prebenda hay candela, pues todo el mundo está condicionado a ese modelo. Ese es el drama de este actual gobierno, conseguir, y dilapidar hasta los calzoncillos para tener dinero para dar a las gentes, comprar sus votos, y conseguir su apoyo.
Además, si lo anterior fuese poco, el gobierno actual es un fiasco total, él mismo dinamita su legalidad. Las elecciones con tanto fraude antes y después del acto no le confieren legalidad a nadie, son elecciones viciadas en todos los niveles. Y así camina la República Dominicana, y su pueblo, unas elecciones desde ya fraudulentas, donde hasta el ministro de la defensa, policía, y otros jerarcas militares, hace campaña electoral por el gobierno o sus clientes, unos funcionarios sin legitimidad y una masa mercenaria, acostumbrada, y condicionada a cambiar su alma por un plato de pica-pollo, y una cajita de alimentos. Pero todavía hay esperanza, por un proceso de Cambio Radical, y seguido de un proceso constituyente, movilizaciones de calles, y protestas masivas, que nos saquen del abismo al cual nos están arrojando los que hoy gobiernan, y los que están aspirando a gobernarnos.
Hasta cuándo, cuánto aguantará la Patria de Duarte, de Caamaño, y de muchos otros patriotas que dieron sus vidas por su libertad, e independencia.
Por David Marnes
