NEW YORK.- Los países golpeados severamente por el Covid-19, están cumpliendo cuarentenas o cumplen severas restricciones de movilidad y desplazamientos. En estos países, el gran debate es cuándo y cómo flexibilizar estas restricciones, garantizando la salud, alimentación y seguridad de sus ciudadanos. Para ello, se toman medidas de emergencia para proteger y mantener la sociedad segura y saludable, mientras se toman medidas económicas para satisfacer las necesidades alimentarias de la población. La cuarentena en muchos países, ha sido un tropiezo, una medida extrema, coyuntural, para salvar la vida de su población, golpeada por los efectos de la pandemia.
En cambio en La República Dominicana, la cuarentena se ha convertido en un fin en sí mismo. El “Gobernador Danilo” y su gobierno disfuncional, ha demostrado su incapacidad para conducir al país, y el Covid-19 le ha caído “como anillo al dedo”, pues le ha dado la excusa perfecta para mantener a la población “aterrorizada” por la Policía y los Militares, en un toque de queda, con el falso argumento que protege la vida de los ciudadanos con una cuarentena total del país. En una cuarentena, el gobierno debe garantizar las posibilidades de que la población sobreviva a ella, que tenga acceso a los alimentos, a los servicios básicos, todo lo contrario de lo que está haciendo el gobernador Danilo en República Dominicana.
En un país donde no hay información ni estadísticas de fuentes independientes, ni boletines veraces epidemiológicos del Ministerio de Salud, y donde nadie se atreve por miedo a ser llevado preso, a dar cifras de desnutrición y la mortalidad infantil. Con un sistema hospitalario en ruinas y una escasez crítica de medicamentos e insumos de salud, donde cabalgan al mismo tiempo la malaria, la difteria, el Dengue, y el sarampión, enfermedades que han sido erradicadas hace años en otros países; pero que todavía permanecen en el nuestro, porque el gobierno no ha sido capaz de mantener los programas de vacunación, y otras medidas epidemiológicas. Este es el mismo gobierno que proclama tener “controlada” la pandemia y ofrece cifras dudosas, falsas y mentirosas, que ninguna organización internacional que se respecte avalaría; o se atrevería a tomar como ciertas, o fidedigna. Y es que en la República Dominicana, la población muere de cualquier cosa, desde ser baleados en la calle o barrios por un simple celular, un par de aretes de fantasías, o una bicicleta, hasta pasando por los enfermos crónicos o de alto riesgo que no consiguen los medicamentos, ni acceso a la atención adecuada; o los que mueren por bacterias, virus, u otros microorganismos en los hospitales contaminados, o los desnutridos, o los que mueren en las puertas del hospital, porque la seguridad no lo deja entrar por no tener el dinero con que pagar. El gobierno ha tomado la cuarentena, no como una situación transitoria, coyuntural, mientras se controla la propagación la cual no ha sido basadas en las pruebas recomendadas por la OMS, que no se han hecho, ni para acondicionar el sistema de salud, que tampoco ha sucedido, sino como una oportunidad para mantener al país desmovilizado, encerrado; como una excusa para restringir toda actividad, movimientos y sacar a la gente de la calle. Y es que al gobierno, y los 3 que pretenden sustituirlo le conviene, por razones políticas, y demagógicas, que la población esté encerrada en sus casas, recibiendo mentiras y desinformaciones, exacerbando la sensación de fatalismo, para ellos aprovecharse y luego presentarse como lo están haciendo, regalando insumos médicos, u hospitales ambulantes, comprados con el mismo dinero robado a los ciudadanos. A todos ellos, Les conviene un pueblo bombardeado de propaganda y aislado de la realidad. Es por ello que, en la llamada comisión presidencial, no hay ningún médico especialista en el área, como sucede en todas partes del mundo, ni nadie capaz de decir la verdad, incluso el mismo ministro de Salud. Un gobierno irresponsable como este, ante su incapacidad de gobernar y conducir al país, siempre recurre al caos, al escándalo, la amenaza y la represión policial y militar, para mantenerse en el poder. En una situación normal, donde tuviesen que rendir cuentas o medirse en unas elecciones legítimas y verdaderas, un gobierno como este, no duraría nada, y hace tiempo, ya que lo hubieran revocado y depositado en la basura de la historia.
Pero esta estrategia obstruccionista le saldrá cara al Danilismo, y sus socios el “Trío” de la vergüenza que lo pretende sustituir. En el caso de la cuarentena es difícil mantener a un pueblo en una cuarentena indefinida y menos aún en una cuarentena de hambre. Lo hemos dicho anteriormente, no se puede pedir que el pueblo se suicide, que se quede en su casa encerrado si no hay comida, ni agua, ni electricidad, ni luz, ni gasolina, ni gas. No solo porque es injusto y cruel, una conducta indolente del gobierno, sino porque sencillamente es insostenible, la gente no aguanta, no soporta más. Porque es que la República Dominicana de Danilo, de la Partidocracia, de las familias millonarias, de los tres gánsteres que quieren sustituirlo como presidentes, es la República Dominicana de las mafias, del Narcotráfico, de la injusticia, de la corrupción, de la desigualdad. Si usted vive en Santo Domingo, Santiago, o en unas de las zonas de mayores recursos sociales, entonces puede, aunque quizás con dificultades, mantenerse en cuarentena, si tiene o recibes dólares, puede incluso hacerse un mini-mercado en su propia casa o apartamento. Pero la inmensa mayoría de los dominicanos, digamos, más del 90%, está en niveles de pobreza, sin empleo, y sin ingreso de dinero estable, y aquellos con un salario mínimo mensual tampoco les alcanza incluso para comprar los alimentos básicos de la canasta familiar. Todos los que están en esa situación, las mayorías, tan solo pueden conformarse con el trágico “Eslogan capitalista: Sálvense quien Pueda”. Y es que aunque en el país hay dinero suficiente para robar, dilapidar, y regalar para comprar votos, y favores políticos, no hay dinero para sobrevivir en el país, ni para adquirir alimentos cuyos precios se han disparado con el apoyo de muchos empresarios inescrupulosos, que se han aprovechado de la pandemia para seguir lucrándose a costa de los pobres. El gobierno no tiene capacidad para conducir, proteger, y garantizar la seguridad de los más pobres, ni hacerse cargo de nada, simplemente ha acabado con todo al igual que un ciclón batatero. Este es un país que está siendo rematado y saqueado en sus recursos naturales por unos pocos, que han hecho lo mismo siempre. Por donde quiera cunde el miedo, el terror. Ahora, se ha convertido en un problema o un delito informar al país. Nadie se atreve, con mínimas excepciones, a publicar cifras de la salud por mortalidad infantil, la pandemia, y/o la ausencia de insumos médicos, so pena de que lo metan preso, sea periodistas o cualquiera que informe la verdad del Coronavirus, en el país. Nadie es libre de ser castigado si desafía las mentiras y desinformaciones del gobierno, incluyendo los ministros y viceministros, claro sin dejar de mencionar la cantidad de trabajadores presos por denunciar los manejos del gobierno y reclamar sus derechos.
Pero el pueblo está cansado, frustrado, y ya no aguanta más. De seguir esta situación, pronto se producirán saqueos y revueltas en las provincias, ciudades y municipios más apartados y más pobres. La respuesta del gobierno no habrá que adivinarla: Sera la represión, plomo, bandas armadas de la policía y los militares, al mejor estilo de las bandas armadas de los tiempos de Balaguer. No saldrán a orar por el pueblo, ni por sus desgracias, saldrán a disparar y asesinar al pueblo, como ha pasado ya una y otras veces incontables en el país. No se puede sostener una cuarentena con hambre. No se puede sostener un país en este caos, con la economía destrozada, con una profunda crisis política, económica y social, cuyo único responsable es el actual gobierno, la oposición, las castas elitistas del país, y la partidocracia privilegiada de siempre que pretenden seguir gobernando al país, para seguir robando y crear más millonarios sin trabajar. El país no puede seguir así. Somos muy pocos los propenso a ayudar y aportar soluciones. Pero lo que uno diga o proponga, siempre caerá en el “Saco vacío” de la indolencia del gobierno, el “culillo” del PLD, y sus socios del pillaje, los 3 candidatos de la intolerancia de la derecha y el neoliberalismo salvaje. Hemos pasados muchos años perdidos y tiempo valioso, dejando que la barbarie avanzara con el chantaje de la unidad de los patriotas para construir un mejor país, donde hubiese oportunidades iguales para todos. Pero nos dejamos engañar por unos perversos delincuentes, por eso hay que actuar con urgencia y determinación. Antes de poder hacer nada constructivo por el país, hay que salir de la crisis política, del problema de falta de legitimidad del gobierno, hay que restablecer la Constitución y las leyes; permitir que el pueblo asuma el control de su destino. Pero más allá de cualquier otra circunstancia, se impone la urgencia de un cambio de gobierno, de dirección, que retome el camino de la soberanía, de la independencia, de la justicia, del desarrollo económico y social. Pero es imperativo, y socialmente necesario que esto sea posible tan solo con Un Gran Cambio Radical, con Una Asamblea Constituyente, y Una Nueva Constitución que reemplace la constitución del PLD del 2010, y se sientan las bases de una genuina democracia participativa, y protagónica, donde el soberano, el pueblo dominicano, sea quien tenga el control, y el poder de elegir y quitar a sus gobernantes, en aras del bienestar de todos y todas las dominicanas.
Por David Marnes
ese vico medina