Santo Domingo, RD.- El acoso cibernético está a la orden del día. Es el caso del artista y transformista dominicano Roky Mendoza, bailarín que actualmente se afianza en el patinaje sobre hielo en la ciudad de Oslo, y quien por sus redes sociales expone frecuentemente el orgullo LGTB a través de sus famosos cambios radicales y humor.
Hace poco, tras recibir mensajes de odio y amenazas en comentarios y mensajes privados, fue sorpresivamente excluido de su propia cuenta de Instagram, la que fue aparentemente múltiples veces fue reportada como una cuenta “a la memoria de”, como si hubiera fallecido. Para él esto prueba que cualquier persona con tiempo en sus manos y una diferencia de opinión, puede dañarte aun en la distancia, mitigando tu voz pública.
“Sé que mi forma de ser, mi imagen, o tal vez mis preferencias no son iguales a las de muchos de mis seguidores… pero no creo justo que debamos vivir con miedo de expresarnos como somos, sin importar que tan distintos seamos. En el pasado sufrí mucho acoso por mi bajo peso, porque estaba afectado de una enfermedad gastrointestinal que no me dejaba aumentar y me veía desmejorado. La gente no se mide a la hora de dar sus opiniones, las que incluso en nuestras diferencias podrían darse con decencia y paz”, expresó Roky.
Roky promueve sus transformaciones en las redes sociales, que son como un “alter ego” que quiere dejar claro que en nuestras diferencias está la verdadera belleza. Esto le ha llevado a competencias internacionales en Estados Unidos, convirtiéndose en un promotor de la igualdad para muchos que como él, no se les hizo fácil conseguir la seguridad suficiente para triunfar.
