Las pasadas elecciones, determinaron mucho más que una sustitución de partidos en el poder. Mucho más que la derrota de un sistema basado en la corrupción y la impunidad.
Ciertamente representan un cambio de rumbo. El nacimiento de una nueva Era. Donde la sociedad no era acaudillada por un líder, ni por un partido, sino que la turbina era la voluntad de cambio de la sociedad.
- Una voluntad de cambio, con metas muy precisas; desalojar el PLD del poder, llevar a la justicia los corruptos, condenarlos, recuperar lo robado y desalojar el PLD y sus representantes de las instituciones públicas. Sintetizado en el slogan: “Los queremos presos”.
El liderazgo, era esa parte sana y patriótica del pueblo, que decidió no tolerar más el desfalco al Estado. Un segmento mayoritario que no sucumbió al pesimismo del “Esto se jodió”, sino de aquellos que apostaron al sueño Restaurador de un cambio de rumbo.
Las elecciones presidenciales pasadas, dividieron la sociedad, entre aquellos que habían perdido la fe, en la posibilidad de establecer el imperio de la Ley, y que se habían puesto al servicio de los personeros de la corrupción, y los que levantaron la bandera de los Trinitarios y su proyecto de nación, con el CAMBIO.
Hay que entender a los que habían perdido la esperanza de que gobierno alguno pusiera un stop a la corrupción, cuando ha reinado desde 1844. Ahora que se ha establecido el imperio de la Ley, los que son sensatos, y apoyaban políticos corruptos buscando sobrevivir, hoy –con el imperio de la ley- hasta ellos celebran.
Los héroe anónimos de este proceso, fueron esos dirigentes barriales, y cada uno de esos líderes de los movimientos de apoyo, que en cada paraje, distrito municipal, municipio y provincias, decidieron dar un paso al frente, y con sus limitados recursos, enfrentar la maquinaria reeleccionista para impulsar el cambio.
Esos líderes de movimientos, más los dirigentes de las bases, que a pesar de su extrema limitaciones, con y sin pandemia, dijeron “basta ya”, y se decidieron a organizar sus vecinos, amigos, familiares, para hacer realidad el cambio. Tremendo ejemplo de patriotismo.
Las líneas de arriba, para imponer candidatos han sido sepultadas por las condiciones del presente. Reina hoy entre la base, la independencia de criterio. Lo que quedará reflejado en las próximas elecciones internas, para elegir las autoridades partidarias del PRM. Somos testigos de una nueva Era.
Por Milton Olivo