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Los intereses creados en el sector público

Es lamentable saber que determinadas iniciativas, encaminadas a satisfacer acuciantes necesidades del pueblo, son postergadas porque los responsables de aprobar y ejecutar, consideren que un determinado proyecto, no se identifica con sus aspiraciones sociales, económicas o políticas.

Esas actitudes, lo único que producen, es el incremento del pasivo social del Estado Dominicano. Un pasivo que solo es reconocido en los periodos de campaña electoral; a veces, con demagogia y otras, para abultar el contenido de los discursos políticos.

En nuestro país, muchas decisiones emanadas del poder político han servido para generar ventajas personales y grupales. Esta situación la vivimos en la formulación de leyes cuyo objetivo es beneficiar a determinados sectores, en detrimento de la amplia mayoría del pueblo.

En la ejecución de sentencias observamos como la solidaridad es circunstancial, puesto que, generalmente, favorece al más poderoso. Esto se llama “linaje de intereses”. Los intereses no siempre son legítimos, muchas veces son creados para que una parte sucumba frente a la otra parte. Desde luego, para que se cumpla esta premisa, debe haber una tercera parte inclinada a una de las dos.

Para salir airoso en cualquier situación donde los intereses crean un ambiente de competencia, se necesita contar con el poder de la palabra y, esa debe ser un arma de la cual debe proveerse una persona para luchar en lides políticas; pero también, en cualquier escenario donde se desarrollan enfrentamientos para alcanzar objetivos deseados.

Todo acto social o económico auspiciado en los sectores público o privado, tiene como finalidad el uso de políticas como estrategia para alcanzar las metas previstas. Ahora, seria políticamente incorrecto, decir la verdad, pero ¿toda la verdad?, pues su divulgación podría ser un riesgo, debido a los intereses creados; en principio, dentro de su estructura organizacional y, hacia afuera, encontrará la presión de los grupos opositores.

En cualquier ambiente o situación que el hombre intente plasmar sus ideas, los intereses creados surgen como espadas de Damocles, tanto para su auspiciador como para aquellos a quienes van dirigidas esas ideas.

Los intereses creados se generan, inmediatamente el hombre pretende alcanzar metas para su provecho o para los demás. Resultando que, en muchas ocasiones, los beneficiarios son agentes oponibles involuntarios, ya sea por desconocimiento o con intención. Estas actitudes se dan con mucha frecuencia en el sector público, donde las luchas políticas convierten a los hombres en depredadores de sus propias instituciones.

Por Julio Gutiérrez Heredia, CPA
Miembro 1001 del ICPARD
Auditor Forense

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