El día primero del abril, el yate fue intervenido por varios agentes del MP, Aduanas, fuerzas militares y parte del personal de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (HSI). Todo esto como parte de su investigación «sobre presunto lavado de activos y tráfico de armas”.
Mientras los organismos judiciales dominicanos mantienen un grueso hermetismo en torno a los resultados de su inspección, las especulaciones de la población sobre este tema también siguen vigentes.
El elemento que más ha despertado suspicacia sobre el allanamiento es el papel jugado por los Estados Unidos en dicho proceso.
Según el MP, la nación norteamericana «tiene abierta una investigación en contra de varios objetivos dedicados al lavado de activos a escala internacional».
Por lo tanto, la orden que autorizó al órgano persecutor a practicar la requisa en el yate es en virtud de una cooperación jurídica formal con Estados Unidos de Norteamérica, por los acuerdos internacionales de lucha contra la criminalidad y el delito, suscritos por República Dominicana.
Turistas Curiosos
La presencia del yate en las orillas del puerto ha despertado el interés de decenas de turistas curiosos, quienes se acercan a este para tomarle fotografías, causando incluso algunos tapones en la vía.
Luego de más de tres semanas ancladas en esa zona, la embarcación propiedad de un oligarca ruso, sigue causando morbo, no solo en los dominicanos, sino también en vacacionistas extranjeros.