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Los organismos internacionales, ¿evaden Haití?

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Preocupa la crisis haitiana y la tímida ayuda de los organismos internacionales; parecería que la evaden, que no saben qué hacer. La Unión Europea (UE) decidió, recientemente, trabajar para mejorar las condiciones sociales y económicas de los que viven en los poblados de la frontera de RD y Haití, ayudar ambas naciones, cuando lo que necesitamos es que organicen Haití.

RD y Haití, son dos naciones, muy diferentes, en una misma isla. Cada una agarró las riendas de su vida; constituyó su gobierno y a su manera, se desarrollan en lo económico, político, social y cultural. Por múltiples motivos, RD tiene un desarrollo más armónico, equilibrado, humano, mientras Haití, carece de institucionalidad, está sumergido en el caos y la miseria. Entre ambas, hay profundas diferencias culturales: idiomas, creencias religiosas, estilo de vida, tradiciones, etc. así como en lo económico y social; la situación de los recursos naturales, las retratan de cuerpo entero.

Soy una campesina dominicana que ha visitado Haití. De hecho, los valores que aprendí en el campo donde nací y en el hogar con mis padres, unidos a mis estudios universitarios y viajes por el mundo, los he focalizado para entender y respetar la sociedad y el individuo.

La crisis que vive Haití, se veía venir; se desborda por la frontera, poniendo en peligro la estabilidad de RD ; el Estado dominicano y el sector privado lo sabían; algunos de nuestros empresarios, lamentablemente, solo piensan en sus negocios; proponían el desarrollo fronterizo , instalando industrias para facilitar sus beneficios y asegurar la llegada de mano de obra, especialmente para la construcción y sector agropecuario, sin importar la seguridad nacional; los gobiernos “complacientes” lo aceptaban.

Hoy, Haití padece una grave crisis y no puede salir por sí solo; necesita ayuda para instalar un gobierno, que, con firmeza y coraje, combata el hambre, la inseguridad y eleve el nivel de vida de la población.

Se supone que, para garantizar la paz en el mundo, para ir en auxilio de las naciones que han perdido su rumbo. Me preocupa que merodeen alrededor de Haití; que den vueltas, sin aterrizar, cuando deben ir a su interior y darle fuerza para corregir males.

Observar desde lejos, amenazar, advertir, dar limosna, poner paño tibio, no es la solución; el problema no está en las ramas, sino en las raíces.

Los líderes haitianos que realmente aman su patria, deben unirse y pedir ayuda de los organismos internacionales, para defenderla. Angustia pensar que esa nación carezca de un liderazgo creíble que le duela su país y que no tenga, instituciones sociales confiables para recibir las ayudas y defender sus conciudadanos.

Ante esta situación, el gobierno dominicano debe ser muy cuidadoso; por estar tendiéndole las manos sin una plataforma firme en Haití y sin una clara visión de lo que persiguen los organismos internacionales, puede que le endosen, el problema haitiano. Eso es inaceptable; debemos actuar con cautela; procede seguir construyendo con rapidez, el muro fronterizo, si es posible más alto; algunos dicen que no es la solución, pero ayuda bastante, especialmente a definir los límites territoriales y para controlar acciones ilegales. Además, es un mecanismo que frena la población haitiana y la motiva a buscar bienestar en su escenario. Reflexionemos.

Por Venecia Joaquín

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