SANTO DOMINGO, RD.- La culpa de que los dominicanos se hayan acostumbrados a convivir con la basura, la tienen las autoridades edilicias. Esos residuos sólidos y líquidos, generadores de pestilencias y enfermedades, en muchas ocasiones, se deben, a la falta de conocimiento en el manejo y programación de los periodos a establecer para la recogida y depósito definitivo en los vertederos autorizados. Al contrario, permiten que se instalen vertederos improvisados, en cualquier esquina o vía pública.
Si el renglón basura se utilizara para calificar la gestión de un Ayuntamiento, muy pocos pasarían de curso. La mayoría se “quemarían” junto con esos desperdicios; no obstante, en su campaña política, manifestar tener la solución de la recogida sistemática de esos desechos. Pero también, la mayoría de esas autoridades municipales, desconocen el contenido de la Ley 120-99, del 30 de diciembre de 1999, que prohíbe tirar basura en la vía pública, puesto que no la aplican.
Algunas Alcaldías, en los primeros meses de la toma de posesión, emiten proclamas anunciando, cuáles eran los días que pasarían por tal sector, los equipos de recogida de basura. Ese proceso, solo quedó en las “buenas intenciones” de un inicio de gestión. El tiempo ha demostrado la falta de gerencia, puesto que, muchos Ayuntamientos, contratan el servicio de recogida con empresas independientes, ignorantes del compromiso contraído de los alcaldes con sus munícipes.
Conscientes del problema que acarrea la no recogida de los desechos domésticos e industriales, expertos en la transformación y aprovechamiento de la basura, recomiendan el establecimiento de un “Hub” que beneficie a la ciudadanía en la educación para el procedimiento de la distribución de los desperdicios en tres grandes grupos, para una eventual reutilización de los mismos, que son: a) residuos biodegradables; b) materiales plásticos y, c) minerales ferrosos o no ferrosos.
Por otra parte, la falta de solución con la recogida de la basura, es atribuida a la existencia de un cartel que, en determinadas ocasiones y circunstancias, le ponen “un narigón” a las gestiones de los Ayuntamientos. Desde luego, una simbiosis como esa, solo tiene razón de ser, sino es con el contubernio político.
Una de las formas de cada municipalidad para abordar el problema de la basura, es la de concientizar a la población en el tratamiento de los desechos, tanto sólidos como lixiviados, en especial los sólidos, puesto que, se pueden clasificar según su naturaleza. El material clasificado y recopilado, serviría como materia prima para la instalación de plantas recicladoras y/o procesadoras.
Se podría considerar en un joint venture entre los gobiernos municipales y las empresas privadas o, mejor dicho en una alianza público-privada, para el tratamiento y transformación de materiales reciclables, proveniente de la basura recogida por los Ayuntamientos.
En nuestro país las iniciativas en instalar industrias capaz de reciclar desechos sólidos para transformarlos en productos útiles, han sido tímidas; no obstante, a veces se oyen voces bien intencionadas a favor de que, el Estado Dominicano, ofrezca las facilidades para el desarrollo de empresas dedicadas ese tipo de actividad. Por lo visto, el comercio del reciclaje se perfila como una solución para solucionar, en parte, la recogida de basura, ya que, muchos Ayuntamientos se quejan de la falta de fondos para ese renglón.
Por Julio Gutiérrez Heredia, CPA
Miembro 1001 del ICPARD
Auditor Forense