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Voto de Castigo

Elías Samuel Rosario Mata

Los inocentes fallecidos en el fuego de la Cárcel de la Victoria

PANAMA.- La llegada al poder del presidente Luis Abinader, rompió la costumbre de barrer, con la mayor parte de los funcionarios del gobierno saliente. Un hecho, que permitía crear espacio para las bases del partido ganador y la de los aliados, que aportaron a la victoria.

Una forma efectiva de agradecer y compensar el trabajo realizado. Dejar fuera a la mayor parte de las bases. Lo contrario, puede ser interpretado como una traición, que espera la hora de la venganza.

No obstante, el desconocimiento del trabajo de las bases, sería una mezquindad no reconocer, el arduo trabajo que realiza Abinader, su dedicación y entrega para lograr algunos de los cambios que requiere el pais.

El coraje, con que ha enfrentado a las potencias internacionales, que pretenden buscar solución al problema haitiano en nuestro territorio. Su éxito contra la pandemia. Además, su valiente desafío al poder militar y apoyo al sometimiento a la justicia de poderosos generales.

Sin embargo, esos logros no determinarán la victoria, si decide buscar la reelección. En nuestro pais, todo líder político invierte tiempo y parte de sus recursos con la esperanza de ser tomado en cuenta para formar parte del gobierno, o recibir algún tipo de remuneración.

Haber dejado fuera la mayor parte de las bases, puede costarle la reelección al presidente Abinader. Peor aun cuando muchos lideres han recibidos como premio el desprecio de altos funcionarios, que ocupan posiciones sin aportar nada a la victoria, simplemente por vínculos familiares.

Los primeros ataques ue reciben quienes trabajaron sin obtener recompensas, provienen de sus hogares. Es donde surgen las reacciones y reclamos sobre el tiempo dedicado a la política, sin obtener ningún beneficio. Lo que hace más difícil la situación.

¿Cuál será la repuesta de los lideres de bases, cuando los necesiten? El voto de castigo, representa la venganza del que se siente usado para el único fin de llegar al poder y después desechado como un objeto inservible.

Según lo define Wikipedia, es el voto que se le niega aquel partido, o candidato apoyado con anterioridad, con el fin de castigarlo por una mala gestión, o desacuerdo con algunas de las políticas de su gestión.

El voto de castigo es una corriente, que aumenta sin cesar arrasando gobiernos en América Latina. En el 2019, en Argentina se daba por segura la reelección de Mauricio Macri y perdió. Lo mismo se repitió en Brasil en 2022, con la derrota de Bolsonaro.

En nuestro pais, Hipólito Mejía, fue castigado en las urnas en el 2004, por su pésima gestión. Igual suerte corrió el PLD en el año 2020 por el cansancio contra la corrupción. ¿Quién volverá hacer campaña sin haber recibido ninguna recompensa? Un partido en el poder, no promete, cumple.

Ni los PLDistas, que siguen en el gobierno, ni los PRDistas votaran por la reelección, les agradecen a los lideres de sus partidos y por ellos votaran. A pesar de las buenas ejecutorias del presidente Abinader, no está exento, de recibir como castigo de las bases de su partido y aliados, la abstención como venganza.

Está a tiempo, para reaccionar y vencer esta peligrosa amenaza a su continuidad.

Por Elías Samuel Rosario Mata

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