La experiencia que tenemos los dominicanos con la aplicación de reformas fiscales durante las últimas cuatro décadas , ha sido de mucha frustración.
Es cierto que el Estado dominicano deja de cobrar alrededor de doscientos ochenta mil millones de pesos anuales como consecuencia de las exenciones fiscales a grandes empresas y a poderosos empresarios.
Pero resulta, que hay sectores de la economía como : zona franca y turismo, que por su gran aporte al producto interno bruto del país, deben ser tratados con mucha inteligencia política y estricto apego al interés nacional.
Por ejemplo: los incentivos fiscales establecidos por ley para el fomento de los parques industriales de zonas francas y el desarrollo de polos turísticos en todas las regiones del país, son decisiones de Estado que impactan la economía y que merecen un tratamiento especial por su gran aporte al desarrollo del país.
Esos dos pilares de la economía nacional, generan miles de empleos directos, millones de dólares en divisas, cuantiosas inversiones extranjeras; además de la capacitación y entrenamiento de los trabajadores. Esos dos sectores aportan casi veinte mil millones anuales al Estado dominicano.
Lo mismo podríamos decir de los incentivos fiscales para la compra de los paneles solares utilizados en la generación de energía eléctrica fotovoltaica, para la disminución de la contaminación ambiental, el calentamiento global y el cambio climático.
Obviamente, las exenciones fiscales que no contribuyan con el bienestar colectivo del pueblo dominicano deben ser eliminadas.
Que Dios bendiga a la República Dominicana.
Por Freddy Roa

