SANTO DOMINGO ESTE.- El comportamiento de la clase política nacional en las últimas dos décadas, ha devenido en una gran frustración.
Los partidos políticos dejaron de ser sociedades intermedias con el rol de canalizar la solución a los problemas sociales que afectan a las comunidades, y se transformaron en vías para el enriquecimiento económico de sus principales dirigentes.
Como consecuencia de la desconfianza generada en el electorado, sus líderes históricos perdieron la calidad política y moral para conducir al pueblo por senderos de desarrollo, prosperidad y bien común.
Como si no fuera suficiente con el contenido de párrafo anterior, han desarrollado una férrea resistencia a los procesos dialécticos de renovación, innovación y cambios estructurales e ideológicos. Prefieren acostumbrarse al «gatopardismo», fingir que se cambia algo para que todo siga igual.
Si la partidocracia nacional no reflexiona y asimila la falta de paradigmas que tenemos , y el nuevo contexto en el que nos encontramos, su colapso será cuestión de poco tiempo, y la dirección del Estado dominicano continuará a cargo de empresarios insaciables y políticos incompetentes.
Que Dios bendiga a la República Dominicana.
Por Freddy Roa

