Los restos del Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo ex dictador dominicano- actualmente se encuentran en el Cementerio de Mingorrubio, en el barrio de El Pardo en Madrid, España. En España se encuentran los de su hijo Ramfis Trujillo, aunque, este último nunca le interesó República Dominicana.
En 1955 el historiador Emilio Rodríguez Demorizi publicó una obra titulada «Bibliografía de Trujillo» en la cual recogió casi todos los libros y artículos favorables al Dictador y su régimen publicados en los 24 años anteriores. Con ello es una muestra de que la obra de Gobierno del dictador tiene, sin lugar a dudas, más luces que sombras.
Lamentablemente, la incapacidad y corrupción de los presidentes de nuestra democracia enferma, no actuaron a la altura y no mantuvieron encendidas las luces y prefieren solo cuestionar o señalar las sombras. Lo que nos preocupa, es que se han violado derechos constitucionales.
- Ningún Gobierno de los llamados demócratas ha controlado más la inmigración ilegal, que el de Trujillo.
Ningún presidente de los mal llamados demócratas ha puesto el peso dominicano a la par del dólar o el dólar por debajo.
Los que critican a Trujillo usan los edificios que construyó y no han podido hacer obras, sino disfrutar las de Trujillo. Los que critican se traiga los restos de Trujillo, son los que abren las fronteras a los Haitianos o los mismos que entregaron el país en ambas intervenciones de los Estados Unidos.
Todos sabemos que en las violaciones a los derechos humanos, Trujillo jamás se puede poner como referencia, pero en todo lo demás: ¿por qué no?
Los mal llamados demócratas alabaron a Fidel Castro, Lenin, Mao y hasta a los que lanzaron bombas atómicas, pero no soportan a Trujillo. Debemos decir que los restos de Trujillo, tuvieron que sacarlos del país porque masivamente iban los campesinos y el pueblo a su tumba a orarle y pedirle.
La literatura antitrujillista es la misma que nos haitianiza, la misma que está contra Balaguer y contra Santana. Los que controlan los medios de comunicación local, dicen ser antitrujillista, pero nadie estuvo más vinculado a Trujillo que los héroes del 30 de Mayo; nadie conoció más a Trujillo que los Vicini; nadie conoció más a Trujillo que la oligarquía que hoy están dirigiendo los presidentes títeres dominicanos.
Lo primero es que un Gobierno ilegítimo como el Triunvirato, derrocado por un pueblo, no podía establecer ningún tipo de medidas. El mismo Balaguer fue muy cuestionado en los denominados 12 Años.
Lo segundo, es que familiares, incluso, muchos de la familia Trujillo están en el país enterrado sin pena ni gloria. Igual los restos de Ulises Heureaux «Lilis».
Lo tercero, violan la Constitución, ya que nadie puede ser expulsado de su propio país. La Constitución de la República Dominicana, al igual que otros instrumentos internacionales de derechos humanos, establece que ningún dominicano puede ser privado del derecho a ingresar a su territorio ni ser expulsado de él. La ley debe estar acorde con la Constitución y los acuerdos internacionales.
La expulsión de un ciudadano solo es posible en casos excepcionales y siempre bajo estrictas condiciones legales y procedimientos, el propio Tribunal Constitucional daría un plazo con indemnización contra el Gobierno que esté contra la Constitución.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, celebrada en Costa Rica, de manera clara establece que: Nadie puede ser expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni ser privado del derecho a ingresar en el mismo.
La «ley antitrujillista» no es un código legal específico, y es anticonstitucional debido a que la democracia es abierta a la elección popular, no a frenar determinadas políticas. Si la política de la dictadura fue mala con los derechos humanos, están las sanciones legales estipuladas .
El conjunto de acciones y leyes implementadas después de la caída de Trujillo para desmantelar su régimen no condenaron un solo de los asesinos de las Hermanas Mirabal y todos quedaron impunes, incluyendo Johnny Abbes García, jefe del SIM.
Si en este país se respetaran las libertades, tanto los restos del Generalísimo Trujillo, como los de Ramfis, quien murió el 28 de diciembre de 1969, deberían permitirse el ingreso al país, si así lo desearan los padres. Nadie está por encima de las leyes.
Debemos preguntarnos:
- ¿A qué le temen los «líderes» corruptos de los partidos dominicanos?
- ¿Por qué los restos de Trujillo deben estar tan lejos… en un cementerio en las afueras de Madrid, capital de España?
- ¿Cuál es el temor de que un personaje de su categoría, tan dominicano como Usted o yo, tenga cristiana sepultura en la tierra donde nació?
El aspirante a presidente, Ramfis Trujillo, no está demostrando carácter en trasladar a la República Dominicana los restos del abuelo. Nos gustaría que los reubiquen en San Cristóbal, ciudad natal de Trujillo, la misma en donde nació, el 24 de octubre de 1891 y dónde todavía se le quiere. Si Ramfis no es capaz de resolver algo constitucional con su familiar, mucho menos enfrentar los temas migratorios o de responsabilidad histórica. Esperamos no tengan que consultar con su primo Hipólito Mejía medidas de esta envergadura
Debemos preguntar a la sociedad, mediante plebiscitos, si prefieren los restos en el país del dictador Trujillo o no. Ningún grupo de corruptos del pasado ni de ahora, pueden ni deben trazar pautas a la sociedad, solo el pueblo es dueño de su destino.
Por Dayvi López Vargas

