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Instituto Duartiano: ¿reforma o eliminación?

El presidente hace daño a la democracia dominicana

Mataron un general

El Instituto Duartiano es una institución de carácter cultural y patriótico de la República Dominicana, inició desde lo privado, luego recibe autonomía. Se encarga de «preservar» y «promover» el legado histórico de Juan Pablo Duarte, dejando atrás los demás Padres Fundadores.

La principal figura de inicio de la independencia nacional lo fue Duarte, desde 1843 hasta comienzo de 1844, pero la lucha por la independencia dominicana duró diecisiete años. Aunque, todavía seguimos defendiendo la independencia nacional de Haití en pleno siglo XXI.

Este instituto se encarga de la difusión de los ideales duartianos en el país y en el extranjero. La institución opera como un organismo autónomo, regido por la Ley No. 127-01. El Instituto Duartiano fue fundado el 26 de enero de 1964.

Como historiador e investigador señalamos nuestras discrepancias con la manera de actuar de los representantes de dicha institución. El Instituto Duartiano ha apoyado posiciones de Luis Abinader que han sido muy cuestionadas por la sociedad ante la flexibilidad de políticas migratorias.

Entre estos casos se encuentra las declaraciones del expresidente del instituto, Julio Manuel Rodríguez Grullón, manifestando que Juan Pablo Duarte apoyó a Haití y que debemos entendernos con los haitianos. Estos comentarios luego de la manifestación patriótica realizada por los dominicanos en El Hoyo de Friusa, en La Altagracia.

Recientemente, comentamos de declarar el Estado dominicano en quiebra; la disolución del Congreso por un órgano más del pueblo y menos de la oligarquía, como también haremos referencia a la disolución o reforma del Instituto Duartiano. Esta disolución le ahorraría al Estado más de 40 000 000 millones de pesos. En sentido general, casi un millón de dólares.

La disolución o reforma del Instituto y otros organismos históricos sería importante analizar, ya que Javier Milei en Argentina, en mayo de 2025, en un plan gubernamental de reestructuración estatal, eliminó el Instituto Sanmartiniano. La reducción de gastos en un país en crisis debe ser una obligación.

Consideramos que debe existir un único organismo nacional en el que se estudie a “los próceres”. Nuestro Estado no puede identificarse ni con una corriente política ni religiosa y mucho menos con una corriente historiográfica determinada; el Estado, argumentamos, tiene que ser, simplemente, el garante del debate plural entre corrientes e interpretaciones, un debate que se libre entre estudiosos en los foros académicos y entre ciudadanos en la esfera pública.

Hoy tenemos que dirigir la misma crítica al gobierno del presidente Luis Abinader. No necesitamos una institución —que se declaró autónoma— buscando facilidades políticas. El signo político va contra la ley. Recientemente, un grupo del Instituto Duartiano otorgó una medalla al Dr. Leonel Fernández y otro grupo a figuras del poder político: apuestan a ganar-ganar.

El Instituto, en caso de seguir recibiendo fondos del Gobierno, debe modernizarse y adecuarse a las nuevas demandas sociales. Hace pocos días pudimos observar que se está robando allí, se desaparecen artículos valiosos con complicidad de sus propios empleados.

Debemos catalogar esta institución como la principal institución conspirativa contra el legado del Gral. Pedro Santana. No existe un solo mes que no traten de forzar a la cúpula política a tomar medidas en su contra. A nivel de mitómanos han hecho un relato casi perfecto, casi novelesco ante la ignorancia de muchos dominicanos.

La mentira, manipulación e incompetencia infligen un daño colosal a la historia. Podemos definir estas estructuras como verdaderas lavadoras de cerebros financiadas por el Tesoro Nacional; dedicadas al culto al personalismo, muchas veces con un claro sesgo político y sin criterios institucionales objetivos para su existencia.

El estudio de todos los próceres y personalidades relevantes de la patria debe ser una política de Estado, y no solo de uno o algunos. Hace décadas, desde el Gral. Trujillo, que la historia no se dedica a estudiar ‘próceres’. Hay que poner fin a este triste capítulo de una saga que combina oportunismo político, maniobras dudosas y un desprecio flagrante por los demás Padres Fundadores y próceres de la República. Debe el Sr. Ministro de la Cultura controlar las difusiones históricas, deben estar basadas en el derecho constitucional de la igualdad.

Además, de actividades por Leonel Fernández o actividades junto a Efemérides Patrias pro Gobierno: ¿qué está patrocinando últimamente el Instituto Duartiano? Con toda esta invasión de haitianos, parecería que esa entidad no ama ni trabaja por la patria ni para exaltar la memoria de Juan Pablo Duarte.

Por Dayvi López Vargas

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