SANTO DOMINGO, RD.- Tres siglos antes de la Era Cristiana, en la antigua Grecia, existía la tradición de celebrar eventos con el propósito de darle la oportunidad a aquellos aspirantes a ocupar puestos de renombre en la sociedad mediante la presentación de propuestas; la cuales, eran discutidas por oponentes a la misma posición. Aquel aspirante que mostraba mayor destreza en la exposición y, acompañaba su discurso con una retórica convincente y aceptable para la ciudadanía, sería el merecedor de ocupar el puesto en disputa.
Por su parte, en su afán de asimilar la cultura griega, el Senado romano, se apoyó en los diálogos socráticos que, permitían la interpretación de las ideas para concluir en verdades, donde primaba la interacción verbal, desarrollándose con más énfasis en el ámbito político, generando espacio de oportunidad. Para aquellos aspirantes a cargos políticos, el Foro romano era el lugar preferido.
Con el devenir del tiempo, los pueblos buscaban aplicar procedimientos que, permitian, mediante el intercambio de las ideas, dentro de un contexto político, fomentar un espacio de discusión o debate, a la altura cultural de los participantes.
El debate como evento, es un mecanismo ideal para llevar a cabo la contienda política a un terreno, donde se enfrenten las ideas, planes y proyectos, expresados como propuesta electoral, se inició en Suecia, en el año 1934, utilizando la radio como medio de comunicación mas expedito, para su difusión, ya que, permitía llegar a las mayorías interesadas en conocer las ofertas electorales.
A esa iniciativa radial, se le sumó la magia de la televisión. En el año 1960, el publico estadounidense, tuvo la oportunidad de ver y escuchar en sus hogares, el debate presidencial entre John F. Kennedy y Richard Nixon. Ese debate capturó la atención de 66 millones de televidentes.
A partir de ese evento, los medios de comunicación y las instituciones cívicas, empezaron a tomar interés en la organización de los debates entre los aspirantes a cargos electivos, principalmente, los debates presidenciales.
En la actualidad son varios los países con sistemas políticos democráticos que, utilizan la forma de enfrentar las ideas en un “batalla pacífica”, donde los oponentes aprovechan ese escenario para dar a conocer su plataforma, en la cual, se sustentarán para gobernar o administrar la cosa pública.
En la República Dominicana, las inquietudes manifestadas por diferentes sectores de la vida nacional, han intentado organizar encuentros similares a los debates que se producen en otros países, pero no han tenido éxito.
El debate presidencial electoral celebrado el miércoles, 24 de abril, del presente 2024, marca un hito en la historia dominicana, donde participaron tres candidatos a la presidencia, para la contienda electoral pautada para el domingo 19 de mayo del corriente año.
Más que un enfrentamiento, se puede definir como una manifestación de la libre expresión del pueblo, interpretada por los representantes de los partidos mayoritarios, encabezada por el primer mandatario de la Nación.
Con el debate electoral presidencial, el pueblo dominicano ha podido constatar que, después de casi tres lustros, hemos aprendido a conceptualizar y a vivir en plena democracia.
Por Julio Gutiérrez Heredia, CPA
Miembro 1001 del ICPARD
Auditor Forense
