Durante los últimos veinticinco años, se ha producido una revolución tecnológica que prácticamente ha transformado todo; pero resulta, que en la República Dominicana tenemos una clase política que insiste en permanecer atada a prácticas y métodos del pasado.
Atravesamos por momentos difíciles, donde la inversión de valores deteriora el régimen de convivencia pacífica, y el cáncer de la corrupción estatal parece haber hecho metástasis en todo el tejido social.
En las últimas dos elecciones generales celebradas en el país, la abstención electoral alcanzó niveles sin precedentes; el 47% de los electores habilitados para sufragar decidieron no hacerlo y el transfuguismo se instaló como una práctica normal en los procesos electorales.
El sistema de partidos políticos dominicanos, se encuentra ante la disyuntiva de: renovarse. modernizarse y democratizarse o extinguirse.
El modelo de partidos políticos está agotado y quienes insisten en oponerse a su renovación terminarán siendo sus sepultureros.
Que Dios bendiga a la República Dominicana.
Por Freddy Roa
