Dice un viejo aforismo que » no hay viento favorable para el barco que navega sin rumbo por falta de brújula». En una campaña electoral debemos tener bien claro cuales son nuestros objetivos estratégicos y las herramientas que nos permitirían lograrlos.
La campaña electoral que legalmente debería comenzar en el 2027, se ha precipitado y prácticamente se ha iniciado año y medio antes. . Entre las causales se señala el impedimento constitucional para la repostulacion del presidente Luis Abinader Corona.
Siendo esta una campaña política atípica, se requiere de una estricta planificación estratégica; así como, del concurso de expertos en la materia, si realmente se desea competir por cargos importantes de elección popular.
A diferencia de las dos últimas jornadas electorales (2020 y 2024), en las próximas elecciones generales, la llamada «ola electoral» brillará por su ausencia; eso implicará que los votos para ganar habrá que buscarlos uno a uno, hasta debajo de las piedras.
Los partidos emergentes o minoritarios que logren un desempeño electoral decente; es decir, superior al 1%, serán tratados como la joya de la corona.
En el caso de aquellos que tienen el potencial para alcanzar el umbral del 5%, y hacer el crossover de minoritarios a mayoritarios, probablemente tendrán en sus manos la decisión de elegir al presidente de la república en el próximo proceso electoral.
Con una planificación estratégica bien diseñada, objetivos y metas claramente establecidos y un equipo multidisciplinario competente y disciplinado; un partido político como Dominicanos por el Cambio, DxC, con la eficiente dirección operativa del Ing. Mateo Espaillat y el liderazgo político del Ing. Eduardo Estrella, podría terminar siendo el fenómeno electoral del
proceso.
Las elecciones generales pautadas para celebrarse en mayo 2028, marcarán el punto de inflexión de una nueva forma de hacer política. El modelo actual está agotado y no resistiría un cuatrienio más.
Que Dios bendiga a la República Dominicana.
Por Freddy Roa



