NEW YORK.- Las monedas digitales, también conocidas como criptomonedas, son formas de dinero digital que utilizan criptografía para asegurar las transacciones y controlar la creación de nuevas unidades. A diferencia de las monedas tradicionales emitidas por los gobiernos, las monedas digitales son descentralizadas y no están respaldadas por ningún gobierno o entidad central.
La criptomoneda más conocida es el Bitcoin, que fue creada en 2009 por una persona o grupo de personas bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto. Desde entonces, han surgido muchas otras criptomonedas, como Ethereum, Ripple y Litecoin, cada una con sus propias características y usos.
Las monedas digitales se almacenan en billeteras digitales, que pueden ser aplicaciones en línea, de escritorio o de hardware. Las transacciones se realizan a través de una red peer-to-peer, lo que significa que no hay intermediarios como bancos o gobiernos involucrados. Esto permite transacciones rápidas y de bajo costo, especialmente en comparación con las transferencias bancarias internacionales.
Sin embargo, las monedas digitales también presentan desafíos y riesgos. La volatilidad de los precios es uno de los principales problemas, ya que los valores de las criptomonedas pueden fluctuar drásticamente en un corto período de tiempo. Además, la falta de regulación y supervisión gubernamental puede llevar a actividades ilegales, como el lavado de dinero y el fraude.
A pesar de estos desafíos, las monedas digitales han ganado popularidad en los últimos años y se utilizan cada vez más como una forma de inversión y como medio de pago en algunos lugares. Su tecnología subyacente, la cadena de bloques o blockchain, también se considera prometedora para aplicaciones más allá de las transacciones financieras, como contratos inteligentes y registros de propiedad.
Por Víctor Hugo Senise